“¡Ved cuán bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!” (CT 8). La comunidad del teologado San Francisco Xavier estamos convencidos de esta bondad y deseamos firmemente vivir este año experimentando la “suavidad y gozo” de una vida comunitaria plena. Somos conscientes de la riqueza del carisma recibido. El año jubilar que acabamos de celebrar ha fortalecido en nosotros aquella convicción que nos hace afirmar: “somos depositarios de un don maravilloso, puesto gratuitamente por el Señor en nuestro corazón y en nuestras manos. Don que nos es dado para que sea hecho fructificar y dé el céntuplo de lo que hemos recibido. De nuestra parte, por lo tanto, se nos pide grande empeño y responsabilidad”. (Carta DG Año Jubilar de la Carta Testamento, n. 2).
Todos nosotros, somos xaverianos en proceso de maduración y crecimiento; el hecho de caminar juntos “con empeño y responsabilidad” tiene una finalidad bien precisa: hacer nuestros aquellos elementos fundamentales que hacen de nosotros xaverianos santos para la Iglesia y para el mundo. Ciertamente entre los elementos que fundan nuestra identidad encontramos el Espíritu de familia. Así nos lo ha expresado nuestro Santo Fundador, San Guido M. Conforti: “Y ya teniendo que despedirme de ustedes, permítanme que, resumiendo lo que les he dicho, les exprese un deseo: el deseo de que la característica que debe ser el distintivo de los miembros presentes y futuros de nuestro Instituto, sea siempre el resultado de estos factores: espíritu de fe viva que nos haga ver a Dios, buscar a Dios y amar a Dios en todas las cosa, avivando en nosotros el anhelo de propagar por todas partes su Reino; espíritu de obediencia pronta, generosa, constante en todo y a toda costa, para conseguir las victorias que Dios ha prometido al hombre obediente; espíritu de amor intenso hacia nuestra familia religiosa, a la que hemos de considerar como madre, y de caridad a toda prueba hacia los miembros que la componen” (CT 10).
“… el Proyecto Comunitario de Vida tiene como meta primordial el testimonio comunitario del Evangelio y del misterio de la Iglesia. Es un instrumento adecuado para que la vida comunitaria se realice en el respeto de los roles y en la coordinación de los dones recibidos para la edificación de todos”. (RFXM 353)
Este Proyecto Comunitaria de Vida 2021-2022 tiene pues bien clara esta finalidad formativa. Con él nos comprometemos a crecer en “el sentido de pertenencia a la Congregación, a la Región y a la comunidad de Teología” (RFXM 393), desarrollando un fuerte lazo afectivo y espiritual entre nosotros y hacia nuestra congregación. También, nos comprometemos a dejarnos animar por este principio dinámico, como es la comunión: “elemento irrenunciable, pero condicionado por la situación de las personas y diversidad de situaciones. Sin embargo, es necesario buscar el más alto nivel de comunión. Existe una tensión dinámica entre: la realidad de las personas y el ideal que nos une” (RMX 30). Conscientes de nuestra diversidad pluricultural y la riqueza que ello implica, asumimos este reto. Para lograr todo ello, nos comprometemos a llevar adelante una comunicación frecuente, abierta, sincera y fraterna, concretizada en los encuentros comunitarios, en los momentos de discernimiento, así como en los momentos informales, todo nos debe llevar a construir y fortifica esta comunión.
En el fondo de nuestras motivaciones que fundan este compromiso está el amor al estilo de Jesucristo, nuestro hermano. “El amor nos pone finalmente en tensión hacia la comunión universal. Nadie madura ni alcanza su plenitud aislándose. Por su propia dinámica, el amor reclama una creciente apertura …» (FT 95).
Rogamos al Señor por intercesión de San Guido Conforti que durante todo este año nuestra comunidad de teología “ofrezca siempre este espectáculo consolador, y sin duda lo ofrecerá si la caridad de Cristo, tal cual nos la describe el sublime Apóstol de las Gentes, regula todas las relaciones entre los hermanos y hace de todos los miembros que la componen un solo corazón y una sola alma”. (CT9).
¡Que Jesús, nuestro hermano y María nuestra Madre nos acompañen en nuestro caminar!
P. Rubén Antonio Macias Sapién sx
Rector
