En nuestras presencias misioneras
Las pequeñas y florecientes comunidades cristianas de misión, acompañadas por los Misioneros Xaverianos de diversas nacionalidades, atienden con grande esperanza el don de la fe y del amor. Ven en la vida de consagración de los Misioneros Xaverianos un testimonio de inculturación del Evangelio en el corazón de sus civilizaciones.
Muchas comunidades xaverianas afrontan cada día dificultades económicas en el sostenimiento cotidiano de los misioneros, en la formación de sus catequistas, en la promoción de las vocaciones locales y en el proyectar lugares y espacios de encuentro y solidaridad.
En la formación de nuevos misioneros
Colaborar en la preparación de un Xaveriano es creer en su compromiso futuro de constructor de paz, de desarrollo y de promoción social a través de las obras que podrá realizar y del Evangelio que podrá donar a todos.
En los cuidados médicos de los misioneros ancianos y enfermos
Los Misioneros Xaverianos ancianos y enfermos, testimonian que la consagración misionera es para siempre. También en la enfermedad y en el sufrimiento, en el deterioro físico y en la debilidad confirman que quieren ver a Dios, buscar a Dios y amar a Dios en todo. Misioneros de diversas nacionalidades que afrontan la enfermedad son asistidos, cuidados y amados en nuestras comunidades por encima de todo.
