Introducción
“¡El Señor no podía ser más bueno con nosotros!” (CT1), conscientes de esta nueva oportunidad que Dios nos da, la Comunidad de la Teología de la Ciudad de México, queremos vivir este año escolar 2020 – 2021 como un “Kairós”, una oportunidad para crecer en nuestra identidad y autenticidad xaveriana, misionera y profética. Este Kairós no es otro que el Jubileo de la Carta Testamento y de las Constituciones, así como el contexto sanitario, socio cultural y económico que implica la pandemia del Coronavirus.
Para nosotros, este … es un año para profundizar nuestra vocación, nuestra identidad, expresada de manera magistral y paternal en la Carta Testamento de nuestro Santo Fundador. Un año para crecer en nuestra autenticidad y en nuestro testimonio de Cristo como Xaverianos, al puro estilo de Conforti. …
El año jubilar implica “conversión”, renovación, vida nueva también para nosotros. Un primer punto que es crucial para toda renovación verdadera: La vida de oración -personal y comunitaria-. “Sobre esto se juega la calidad de nuestra vida de fe. Es necesario preguntarse seriamente si la oración, como deseo profundo del corazón y del alma, nos acompaña cotidianamente en nuestro ir y venir, en nuestros encuentros con los demás. En efecto, la oración, como comunión con Dios, es lo que nos hace más humanos y nos lleva a reconocerlo en la humanidad”. (Carta DG, n. 33). Junto a este tema central de la vida de oración tomaremos en cuenta los demás puntos frágiles señalados (Carta DG, números 33-40) así como aquellos puntos presentes particularmente en nuestra comunidad del Teologado de la Ciudad de México …
Hablando de creatividad y fidelidad, una dimensión de suma importancia será la apostólica y entre los apostolados, esa actividad propia nuestra como xaverianos: la animación misionera y vocacional. … … Nos reconocemos llamados, con creatividad y testimonio, a suscitar vocaciones ahí donde trabajamos, con las personas que nos rodean. … Queremos que nuestra comunidad sea “promotora de vocaciones”…. Asumimos todos este compromiso y nos mostramos disponibles a este fin, ciertamente un programa bien preciso, con objetivos claros y actividades concretas nos llevará a alcanzar la tarea que se nos ha confiado.
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¡Que Jesús, nuestro hermano y María nuestra Madre nos acompañen en nuestro caminar!
P. Rubén Antonio Macías Sapién SX
Rector
