XXV ANIVERSARIO DE ORDENACIÓN PRESBITERAL: “El árbol del maíz”
Hay un mito de la nación Kayapó que explica cómo se originaron las diversas lenguas y los diversos pueblos autóctonos. No voy a contarlo todo aquí, sino que voy a compartir un brevísimo resumen. Un ratoncito le indicó a una anciana kayapó dónde había un árbol que producía muchos tipos de maíz. La anciano se lo comunicó a la aldea. La aldea fue a ver ese lugar y después de mucho trabajo, cortó el árbol. Cada uno tomó un tipo de mazorca y se fue. De ahí nacieron todos los pueblos autóctnos de estas tierras, con todos sus idiomas.
Nosotros, los padres Felipe de Jesús López Orozco, David Peguero Pérez, Juan Juárez García, José Ignacio Martínez González y un servidor, p. Pedro Saúl Ruiz Álvarez, y varios de los cohermanos presentes aquí, convivimos juntos en el noviciado de Salamanca, en los años de Filosofía y Teología en Guadalajara y en la Ciudad de México. Nos juntamos en el mismo árbol de la Familia Xaveriana. Después de la ordenación presbiteral nos dispersamos, cada uno con su mazorca y aprendimos diferentes lenguas…
Este día juntamos el “Jubileo de la Esperanza 2025” y el “Jubileo del XXV aniversario” de nuestra ordenación presbiteral . La gracia y el perdón de las deudas nos hacen exclamar gritos de júbilo y de alegría.
La Carta de San Pablo a los Romanos, nos habla del proceso de la esperanza que viene de la fe en nuestro Señor Jesucrito, por Su Gracia. Nos dice que en la esperanza de la gloria de Dios hay sufrimiento que produce perseverancia y que la perseverancia genera un carácter probado, y este carácter probado nos ayuda a vivir con una esperanza que no decepciona. Podría llamarse esto, nuestro ad vitam?
Dice el profeta Isaías que a quien espera en el Señor le salen alas como de águilas, caminan sin parar, y corren sin cansarse (40,31).
El Evangelio de Mateo nos pone delante de una búsqueda y de un encuentro. Quien no busca se muere, se nos decía, en la formación permanente. La búsqueda y el cuidado son dos impulsos que podrían estar bien desarrollados en el misionero, se no decía.
En las parábolas de este día, aparece un hombre que encuentra un tesoro escondido y lleno de alegría va y vende todo lo que tiene; otro hombre encuentra una perla preciosa y hace lo mismo.
San Francisco Xavier vivió la alegría de haber encontrado el tesoro del Evangelio, lo dejó todo y quiso compartir esa alegría con la humanidad entera. San Guido Maria Conforti encontró la alegría de la vida de Xavier y el tesoro de un Crucificado que habla al corazón, enviado del Padre, y dio inicio a la Familia Xaveriana, para dar a conocer a todos la alegre noticia del Reino.
Aquí estamos, entonces, alegrándonos por la gracia del Señor, por su fidelidad, por su perdón, por este jubileo, y este júbilo de mutuo encuentro.
Que el amor del Padre continue siendo derramado en nuestros corazones y la presencia maternal de María siempre nos acompañe. Sea por todos conocido y amado nuestro Señor Jesucristo. (Pedro Saúl Ruiz Álvarez sx)
XXV ANIVERSÁRIO DA ORDENAÇÃO SACERDOTAL: “A árvore do milho”
Há um mito da nação Kayapó que explica como surgiram as diversas línguas e os diversos povos originários; não vou contar tudo aqui, apenas um breve resumo. Um ratinho indicou a uma anciã kayapó onde havia uma árvore que produzia muitos tipos de milho; ela comunicou à aldeia, a aldeia foi até lá e, depois de muito trabalho, cortou a árvore, cada um pegou um tipo de espiga e foi embora. Daí nasceram todos os povos originários dessas terras, com todas as suas línguas.
Nós, o padre Felipe de Jesús López Orozco, David Peguero Pérez, Juan Juárez García, José Ignacio Martínez González, Pedro Saúl Ruiz Álvarez, convivemos juntos no noviciado de Salamanca, nos anos de filosofia em Guadalajara e teologia na Cidade do México. Nos reunimos na mesma árvore da Família Xaveriana. Após a ordenação, nos dispersamos, cada um com sua espiga. Convivemos com outros povos e aprendemos diversas línguas e costumes.
Hoje, reunimos o jubileu da Esperança e o jubileu dos 25 anos da nossa ordenação. A graça e o perdão das dívidas que nos fazem exclamar em um grito de júbilo, de alegria.
O Papa Francisco na carta “spes non confundit”, retoma a carta aos Romanos. São Paulo nos fala do processo da esperança que vem da fé em NSJC e por sua graça. Ela nos diz que na esperança da glória de Deus, há também sofrimento; e que este produz perseverança e que a perseverança gera um caráter provado, e este caráter provado nos ajuda a viver numa esperança que não decepciona. Isso, em nossa Família Xaveriana faz parte do “ad vitam”.
No Evangelho de hoje, Mateus nos coloca diante de uma busca e de um encontro. Quem não busca morre, nos diziam no curso de formação permanente. A busca e o cuidado são dois impulsos que poderiam estar bem desenvolvidos no missionário, nos diziam.
Nas parábolas deste dia, aparece um homem que encontra um tesouro escondido e, cheio de alegria, vai e vende tudo o que tem; outro homem encontra uma pérola preciosa e faz o mesmo.
São Francisco Xavier viveu a alegria de ter encontrado o tesouro do Evangelho, deixou tudo e quis compartilhar essa alegria com toda a humanidade. São Guido Maria Conforti encontrou a alegria da vida de Xavier e o tesouro de um Crucificado falante, enviado pelo Pai, e deu início à Família Xaveriana, para dar a conhecer a todos a alegre notícia do Reino.
Aqui estamos, então, alegrando-nos pela graça do Senhor, por sua fidelidade, por seu perdão, por este jubileu e por esta alegria do encontro mútuo.
Que o amor do Pai continue sendo derramado em nossos corações e que a presença maternal de Maria sempre nos acompanhe.
Seja por todos conhecidos y amado, nosso Senhor Jesus Cristo! (Pedro Saúl Ruiz Álvarez sx)
