Glosando la Carta de la DG en ocasión del Jubileo Xaveriano (3 y última)
— La tercera y última parte de la Carta de la DG-2020 nos plantea mirar adelante, lo cual es muy sugestivo, pues, mirar adelante equivale a mirar al futuro. En el conjunto de la Carta, en efecto, esta parte desea posibilitar el diseño de un panorama positivo y de esperanza para toda la Familia Xaveriana, invitando a una especie de acto de resurrección. Todos sabemos que orientarnos en la vida sin fantasías hacia el futuro es factible cuando nos damos motivos que nos trasciendan. «Quien tiene un porqué para vivir puede soportar cualquier cómo» (Nietzsche).
— Mirar al futuro en tiempos de coronavirus requiere madurez, sensatez, diálogo, cultura y sobre todo paciencia ante la pandemia y sus exigencias. En efecto, en medio de la calamidad, podemos vernos como personas con futuro, pues, tenemos una misión y podemos decir que, actualmente, somos la prehistoria del futuro que la Congregación vislumbra desde la plataforma de puntos vitales que la DG presenta en su Carta para el hoy y el futuro de nuestra Familia: claridad carismática, interculturalidad, reposicionamiento, familia carismática.
— El primero de estos puntos, claridad carismática, ilumina y sostiene a los otros tres y, en mi opinión, da la pauta desde la cual asumir y valorar los procesos de transformación que desencadenan estos puntos al interior de cada Xaveriano que acepta el reto de cuestionar la claridad de su identidad carismática.
— El desglose que luego hace la Carta de aquello que nos da identidad y pertenencia pone de relieve cómo la misión es enriquecida copiosamente con la particular apostolicidad de cada uno de los votos. De ahí que se hable de misión y pacto de amor que da pertenencia y hace libres; misión y desprendimiento para poder amar y servir al Señor con corazón indiviso y libre; misión y primacía de Dios en el corazón humano, hecho fecundo por la acción del Espíritu Santo.
— La claridad carismática práctica, como luego la llama la Carta, no acepta la negociación, ni la mutilación, ni el acomodamiento de su esencialidad por razones de circunstancias, individualidades o singularidades que, al final de cuentas, sólo generan extravagancias que paralizan el compromiso exclusivo de la Familia: la evangelización de los no cristianos, «finalidad totalizadora de nuestra vida». Desde este eje central de nuestro carisma, somos llamados a dirigirnos a las periferias humanas, existenciales y geográficas, para salir al encuentro de nuestros destinatarios privilegiados.
— La claridad carismática no se ha desarrollado de manera lineal en la historia de nuestra Congregación. Analizando el desarrollo de asonancias y disonancias que la historia del carisma xaveriano ha vivido en relación con su inspiración original a partir del primer sucesor de Mons. Conforti (1932) hasta nuestros días, vemos que se ha dado un zigzag en los caminos de identificación con la visión original del Fundador. De ahí que plantear la claridad carismática como el punto de partida de nuestro mirar al futuro es esencial, pues, además de abonar al justo sentido de nuestra pertenencia congregacional, responde a una de las debilidades de nuestra realidad hoy: la relativización de la unión entre misión ad gentes y consagración religiosa; algo que, en confrontación con el Espíritu, hemos de superar resueltamente, pues, de otra manera se «debilita la fuerza profética de nuestro carisma».
— El amplio rango de vista que nos proporciona el mirar adelante, nos permite acoger los otros tres puntos vitales de la Carta como realidades que nutren y dan amplitud de horizontes a nuestra Familia. Efectivamente, la Carta nos invita a vivir la interculturalidad como opción de fe, virtud misionera indispensable, visionada y acogida como desarrollo de nuestro carisma, como aspecto irrenunciable, congénito, a nuestra vocación y misión… cuya fuente es un Pentecostés permanente. Más afincada está en nuestras vidas la identidad carismática xaveriana, más la interculturalidad será signo de la fraternidad universal que anunciamos.
— La Carta deja asentado también que «en el reposicionamiento es donde se juega la significatividad de nuestro carisma». Necesitamos reposicionarnos desde diversos niveles (lugares de acción, estructuras, mentalidad y en nuestra conciencia de ser ‘un solo cuerpo’) siempre con el fin de repartir del primer anuncio. Hay que empezar con pequeños pasos para lograr resultados extraordinarios. Y una vez asumida la audacia de reposicionarse, no importa que tan lentos vayamos, lo importante es nunca detenernos.
— El cuarto punto vital que presenta la Carta de la DG, nos sitúa ante el hecho de una «luz que viene del Espíritu» y que nos enriquece y fortalece. Nos referimos a que se han abierto nuevos caminos y nuevas maneras de encarnar nuestro carisma, y esto nos conduce al nacimiento de una Familia carismática Xaveriana. Estamos en medio de un Kairós en el que la xaverianidad se comparte con laicos y familias misioneras que se identifican, afectiva y efectivamente, con nuestra espiritualidad y carisma. No es una moda, ni una estrategia… sino un modo de ser misión. Juntos, «en el respeto de la propia identidad y autonomía», estamos llamados a ser un icono de familia evangélica que testimonia «en todo tiempo y lugar el anuncio de la Buena Nueva del Reino de Dios, que es Jesucristo, a quien no lo conoce».
— Ante el horizonte del amplio Kairós en el que se encuentra nuestra Familia misionera (incluidas las dos primeras partes de la Carta), sentimos que se necesitan odres nuevos para el vino nuevo que espléndidamente se nos ofrece, «apertura de mente y corazón, involucración y creatividad». Requerimos de una cultura sobre el mirar hacia adelante. La Carta nos recuerda que «estamos en las manos de Dios» y miramos el futuro «en la fe y esperanza de la promesa del Señor», pero también sabemos que «nada sucede hasta que algo [alguien] se mueve» (Einstein). El Espíritu de Dios nos conceda llegar a decisiones audaces de fidelidad creativa y lucidez profética en la escucha de los signos de los tiempos del umbral o prehistoria del futuro que nos ha tocado vivir.
Jafo, sx
30/08/2020
