“A los pobres los tendréis siempre con vosotros” (Mc 14,7).
Comentario
El día de la Jornada Mundial de los Pobres, instituida por el Papa Francisco tras clausurar el Año de la Misericordia (2016), nos trae este año una reflexión sobre Jesús Pobre que siempre estará con nosotros.
En cuanto a los pobres, las Constituciones Xaverianas son siempre una guía que da sentido a nuestra consagración misionera y religiosa; consagración al anuncio del Evangelio entre nuestros hermanos y hermanas de diferentes tradiciones religiosas, entre los ateos y entre los que se declaran indiferentes (COSUMA 2021 n. 9).
Un artículo de las Constituciones Xaverianas llama la atención a este respecto y puede ayudar en el camino vocacional permanente. Es un artículo que se encuentra como a pie de página, y dice: “Con la pobreza nos desprendemos no sólo de las cosas y del deseo de posesión, sino también del éxito o fracaso, que no deben ser el criterio de nuestro compromiso misionero” (RG 25.2). Tener a Jesucristo pobre entre nosotros, es mantenerlo vivo también dentro de nosotros: permanecer libres de las decepciones que deja la búsqueda del éxito, porque Dios no considerará el éxito de nuestros esfuerzos, sino el ardor y la justicia con que trabajemos para su gloria (Conforti 24.9.1908).
Un criterio de discernimiento en la elección de los lugares de nuestra misión, junto con los tres elementos que nos identifican: ad gentes, ad extra, ad vitam, podría ser lo que dicen nuestras Constituciones sobre los destinatarios de nuestra misión: Por nuestro carisma específico somos enviados a poblaciones y grupos humanos no cristianos fuera de nuestro ambiente, cultura e Iglesia de origen. Fieles a las preferencias de Cristo, nos dirigimos en particular, entre los no cristianos, a los destinatarios privilegiados del Reino: los pobres, los débiles, los marginados de la sociedad, las víctimas de la opresión y la injusticia (C 9). Dentro del mismo grupo de destinatarios de nuestras misiones están los más indefensos, los más vulnerables, los más necesitados y los más abandonados: este es el lugar de nuestra misión, Dios está allí.
Nosotros seguimos las huellas de Jesucristo que, en lugar de ir al Templo de Jerusalén, se dirigió a la piscina de Bethesda donde yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos (Jn 5,3): los marginados de la sociedad. Sabemos que en nuestras misiones todavía existen esas situaciones; situaciones en las que encontramos la presencia real del Señor: una presencia sacramental.
Los estudios académicos de las ciencias humanas nos ayudan a superar una conciencia ingenua y a considerar las causas estructurales, en las que la pobreza suele significar la muerte prematura por falta de alimentos, vivienda, imposibilidad de satisfacer adecuadamente las necesidades de salud y educación, explotación laboral, desempleo permanente: una situación destructora de pueblos, familias y personas. De ahí la importancia de un trabajo integral en la tarea de anunciar el Evangelio, como afirma nuestra Ratio Missionis: En la realización de este único fin (el primer anuncio del Evangelio) son necesarias una multiplicidad de actividades; ninguna de las cuales puede ser descuidada sin perjudicar a los demás y al propio Evangelio (RMX 54). Nuestra Familia debe realizar todas las actividades para cumplir plenamente su misión: al primer anuncio del Evangelio; al diálogo y al anuncio; y a la fundación de nuevas comunidades cristianas, la colaboración con la Iglesia local y la suplencia pastoral; no debe faltar el testimonio cristiano a través de la promoción humana. El anuncio requiere un compromiso contra todo tipo de violencia institucionalizada; la denuncia de aquellos que meten mano en el dinero y los bienes de la comunidad, pues, de esta manera roban la vida de los más pobres y necesitados.
En este sentido, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil en su último análisis de la realidad denuncia que: Si, por un lado, la cosecha de la agroindustria bate récords de exportación, por otro, la población se encuentra en estado de inseguridad alimentaria: Brasil vuelve a estar en el mapa del hambre. Las personas están más indefensas. En medio de la pandemia, los bancos batieron récords históricos de beneficios en el segundo trimestre de 2021. Hay una profunda crisis económica con la aceleración de la inflación, con aumentos en los precios de los combustibles, en la canasta básica, deterioro de las condiciones de trabajo y la incertidumbre de los efectos de las nuevas variantes de Covid-19 (Analise de conjuntura).
El documental “La isla de las flores”, ganador del Oso de Plata en el Festival de Berlín en 1990 y elegido por la Asociación Brasileña de Críticos de Cine como el mejor cortometraje brasileño de todos los tiempos, narra la dinámica organizativa de la sociedad occidental. Esta narrativa sigue siendo una realidad en Brasil: el ganado que tiene tierra y dueño se considera en Brasil más importante y valioso que muchos grupos humanos que viven al borde de la carretera, sin tierra y sin empleadores.
La Sagrada Escritura nos enseña que el verdadero seguidor de Jesucristo es aquel que se hace pobre por elección, el que es capaz de compartir lo que tiene y dar su dinero y sus bienes a los pobres para que nadie tenga necesidad y para que todos sean felices (Mc 10, 21-22). El Dios de Jesucristo reina entre los que eligen ser pobres (Mt 5, 3); reina allí donde a los pobres no les falta lo necesario ni tienen que someterse a otros para obtener su sustento, porque los hijos del Rey renuncian a acumular y a retener bienes y están siempre dispuestos a compartir lo que tienen. Aunque, en realidad, en esta era de la economía improductiva, explicada por Ladislau Dowbor, ocurre lo contrario: esta sociedad prefiere acumular bienes y capital en lugar de ponerlos al servicio de todos (cfr. https://youtu.be/tAY4vLMWK_I).
La persecución de los que permanecen fieles a la opción de ser pobres para que Dios reine en sus vidas y sociedades, será una consecuencia inevitable (Mt 5, 10). Pues, una sociedad basada en el ansia de poder, de gloria y de riqueza (Mt 4,9) no puede tolerar la existencia y la actividad de grupos cuyo modo de vida niega la base de su sistema.
En esta Jornada Mundial de los Pobres, el Papa Francisco vuelve a invitarnos a no esperar a que los pobres vengan a nosotros, sino a salir a su encuentro; o más radicalmente nos dice: Qué evangélico sería, si pudiéramos decir con toda verdad: también nosotros somos pobres, pues, sólo así podremos reconocerlos realmente y hacerlos parte de nuestra vida e instrumentos de salvación. En lugar de hablar de ellos, hablar con ellos. Pasar de la tercera persona del plural: ellos; a la primera persona del plural: nosotros: Jesucristo está en medio de nosotros.
P. Saul Ruiz sx
Belém, 06/11/2021
V Jornada mundial dos pobres
“Aos pobres os tereis sempre convosco” (Mc 14,7).
Comentário
O dia do Dia Mundial dos Pobres instituído pelo Papa Francisco após ter fechado o ano da misericórdia (2016) nos traz este ano uma reflexão sobre Jesus Pobre que sempre estará conosco.
Sobre os pobres nossas Constituições Xaverianas sempre nos guiam e dão sentido à nossa consagração missionária e religiosa; consagração ao anuncio do Evangelho entre nossos irmãos e irmãs de diversas tradições religiosas, entre ateus e entre aqueles que se declaram indiferentes (Cosuma 2021 N. 9).
Um artigo das Constituições Xaverianas chama a atenção nesse sentido e pode ajudar no caminho vocacional permanente. É um artigo, que é encontrado como se estivesse ao pé de página, diz: "Com a pobreza nos desprendemos não só das coisas e do desejo de posse, mas também do sucesso ou do fracasso, que não deve ser o critério do nosso compromisso missionário", (C25.2). Ter Jesus Cristo pobre entre nós é mantê-lo vivo dentro de nós também: permanecer livres das decepções que deixa a procura pelo sucesso, porque Deus não considerará o sucesso de nossos esforços, mas o ardor e a justiça com que trabalhamos para sua glória (Conforti 24.9.1908).
Um critério de discernimento na escolha dos lugares de nossa missão, juntamente com os três elementos que nos identificam: ad gentes, ad extra, ad vitam, poderia ser o que nossas Constituições dizem sobre os destinatários de nossa missão: Pelo nosso carisma específico somos enviados para populações não cristãs e grupos humanos, fora do nosso meio ambiente, cultura e igreja de origem. Fiéis às preferências de Cristo, nos dirigimos em particular, entre os não cristãos, aos destinatários privilegiados do Reino: : os pobres, os fracos, os marginalizados pela sociedade, as vítimas da opressão e da injustiça (C9). Dentro do mesmo grupo de destinatários em nossas missões estão aqueles que são mais indefesos, mais vulneráveis, mais necessitados e mais abandonados: Esse é o lugar da nossa missão, Deus está lá. Seguimos os passos de Jesus Cristo que, em vez de ir ao Templo de Jerusalém, foi para a piscina de Betesda onde jazia uma multidão de doentes, cegos, mancos e paralíticos (Jo 5:3): os marginalizados da sociedade. Sabemos que em nossas missões ainda existem aquelas situações; situações em que encontramos a presença real do Senhor: presença sacramental.
Estudos acadêmicos de ciências humanas nos ajudam a superar a consciência ingênua e a considerar as causas estruturais, onde a pobreza muitas vezes significa morte prematura por falta de comida, abrigo, impossibilidade de atender adequadamente às necessidades de saúde e educação, exploração do trabalho, desemprego permanente: situação destrutiva de povos, famílias e pessoas. Daí a importância de um trabalho integral na tarefa de anunciar o Evangelho como diz nossa Ratio Missionis: Na realização deste único propósito (o primeiro anúncio do Evangelho) implica uma multiplicidade de atividades; nada disso pode ser deixado sem prejudicar os outros e o próprio Evangelho (RMX 54). Nossa Família deve desenvolver todas as atividades para cumprir plenamente sua missão: ao primeiro anúncio do Evangelho; ao diálogo e anúncio; e à fundação de novas comunidades cristãs, colaboração com a Igreja Local e suplência pastoral; não deve faltar o testemunho cristão feito através da promoção humana. O anúncio exige o empenho contra todos os tipos de violência institucionalizada; a denúncia daqueles que colocam a mão no dinheiro e bens da comunidade, que com isso roubam a vida dos mais pobres e necessitados.
Nesse sentido, a Conferência Nacional dos Bispos do Brasil em sua última análise da realidade denuncia que: Se por um lado a safra do agronegócio quebra recordes de exportação, por outro, a população está em estado de insegurança alimentar: o Brasil está de volta no mapa da fome. As pessoas estão mais indefesas. Em meio à pandemia, os bancos quebraram recordes históricos de lucros no segundo trimestre de 2021. Há uma profunda crise econômica com a aceleração da inflação, com aumento dos preços dos combustíveis, na cesta básica, deterioração das condições de trabalho e a incerteza dos efeitos das novas variantes do Covid-19 (Analise de conjuntura).
O documentário “A ilha das Flores”, vencedor do Urso de Prata no festival de Berlim em 1990, e escolhido pela Associação Brasileira de Críticos de Cinema como o melhor curta-metragem brasileiro de todos os tempos, narra a dinâmica organizacional da sociedade ocidental. Essa narrativa continua a se tornar realidade no Brasil: o gado que tem terra e dono, no Brasil, é considerado mais importante e valioso do que muitos grupos humanos que vivem na beira da estrada sem terra, e sem dono.
A Sagrada Escritua nos ensina que o verdadeiro seguidor de Jesus Cristo é aquele que se torna pobre por escolha, aquele que é capaz de compartilhar o que tem e dar seu dinheiro e seus bens aos pobres para que ninguém precise e para que todos sejam felizes (Mc 10, 21-22). O Deus de Jesus Cristo reina entre aqueles que escolhem ser pobres (Mt 5, 3); reina onde aos pobres não falta o necessário nem têm que se submeter aos outros para obter seu sustento, porque os filhos do Rei, renunciam a acumular e reter bens e estão sempre dispostos a compartilhar o que têm. Embora, na realidade, o oposto está acontecendo nesta era da economia improdutiva, explicada por Ladislau Dowbor: esta sociedade prefere acumular bens e capital ao invés de colocá-los a serviço de todos (cf. https://youtu.be/tAY4vLMWK_I).
A perseguição daqueles que permanecem fiéis à opção de serem pobres para que Deus possa reinar em suas vidas e sociedades será uma consequência inevitável (Mt 5, 10). Uma sociedade baseada na ambição do poder, glória e riqueza (Mt 4, 9), não pode tolerar a existência e a atividade de grupos cujo modo de vida nega a base de seu sistema.
Neste Dia Mundial dos Pobres, o Papa Francisco nos convida novamente a não esperar que os pobres venham até nós, mas que possamos ir ao seu encontro; ou mais radicalmente nos diz: Quão evangélico seria, poderíamos dizer com toda a verdade: nós também somos pobres, porque só assim seremos capazes de realmente reconhecê-los e torná-los parte de nossas vidas e instrumentos de salvação. Em vez de falar sobre eles, falar com eles. Passar da terceira pessoa do plural: eles; à primeira do plural: nós: Jesus Cristo está no meio de nós.
5ème Journée mondiale des pauvres
« Vous aurez toujours les pauvres avec vous » (Mc 14, 7).
Commentaire
Le jour de la Journée mondiale des pauvres, instituée par le Pape François après la clôture de l’Année de la Miséricorde (2016), nous apporte cette année une réflexion sur le Pauvre Jésus qui sera toujours avec nous. Quant aux pauvres, les Constitutions Xaveriennes sont toujours un guide qui donne un sens à notre consécration missionnaire et religieuse ; consécration à l’annonce de l’Evangile parmi nos frères et sœurs de différentes traditions religieuses, parmi les athées et parmi ceux qui se déclarent indifférents (COSUMA 2021 n. 9).
Un article des Constitutions Xaveriennes attire l’attention sur ce point à cet égard et peut aider dans le cheminement vocationnel permanent. C’est un article qui se trouve comme au bas de la page, et il dit : « Avec la pauvreté, nous nous détachons non seulement des choses et du désir de possession, mais aussi du succès ou de l’échec, qui ne devrait pas être le critère de notre engagement missionnaire » (RG 25.2). Avoir Jésus le pauvre Jésus-Christ parmi nous, c’est aussi le garder vivant en nous : rester libre des déceptions en abandonnant la poursuite du succès, parce que Dieu ne considérera pas le succès de nos efforts, mais l’ardeur et la justice avec lesquelles nous travaillons pour sa gloire (Conforti 24.9.1908).
Un critère de discernement dans le choix des lieux de notre mission, ainsi que les trois éléments qui nous identifient : ad gentes, ad extra, ad vitam, pourrait être ce que nos Constitutions disent des destinataires de notre mission. Par notre charisme spécifique, nous sommes envoyés à des populations non chrétiennes et à des groupes humains en dehors de notre environnement, culture et Église d’origine. Fidèles aux préférences du Christ, nous nous adressons en particulier, parmi les non-chrétiens, aux bénéficiaires privilégiés du Royaume : les pauvres, les faibles, les marginalisés de la société, les victimes de l’oppression et de l’injustice (C 9). Au sein d’un même groupe de bénéficiaires de nos missions se trouvent les plus impuissants, les plus vulnérables, les plus nécessiteux et les plus abandonnés : c’est le lieu de notre mission, Dieu est là.
Nous suivons les traces de Jésus-Christ qui, au lieu d’aller au Temple de Jérusalem, est allé à la piscine de Bethesda où gisait une multitude de malades, d’aveugles, de boiteux et de paralysés (Jn 5, 3) : les marginalisés de la société. Nous savons que de telles situations existent encore dans nos missions, ce sont des situations dans lesquelles nous trouvons la présence réelle du Seigneur : une présence sacramentelle. Les études académiques des sciences humaines nous aident à surmonter une conscience naïve et à considérer les causes structurelles, dans lesquelles la pauvreté signifie généralement la mort prématurée due au manque de nourriture, de logement, d’incapacité à répondre adéquatement aux besoins de santé et d’éducation, à l’exploitation du travail, au chômage permanent : une situation destructrice des peuples, des familles et des individus. D’où l’importance d’un travail intégral dans la tâche d’annoncer l’Evangile, comme l’affirme notre Ratio Missionis. Dans la réalisation de ce but unique (la première annonce de l’Evangile), une multiplicité d’activités est nécessaire ; aucune d’entre elle ne peut être négligée sans nuire aux autres et à l’Évangile lui-même (RMX 54). Notre Famille doit mener toutes les activités pour accomplir pleinement sa mission : à la première annonce de l’Évangile ; dialogue et annonce ; et la fondation de nouvelles communautés chrétiennes, la collaboration avec l’Église locale et la substitution pastorale ; le témoignage chrétien par la promotion humaine ne doit pas manquer.
L’annonce exige un engagement contre tous les types de violence institutionnalisée ; la dénonciation de ceux qui mettent la main sur l’argent et les biens de la communauté, parce que, de cette façon, ils volent la vie des plus pauvres et des plus nécessiteux. En ce sens, la Conférence nationale des évêques du Brésil dans sa dernière analyse de la réalité dénonce que : si, d’une part, la récolte de l’agro-industrie bat des records d’exportation, d’autre part, la population est dans un état d’insécurité alimentaire : le Brésil est à nouveau sur la carte de la faim. Les gens sont plus impuissants. Au milieu de la pandémie, les banques ont battu des records de bénéfices au deuxième trimestre de 2021.
Il y a une crise économique profonde avec l’accélération de l’inflation, avec des hausses des prix des carburants, dans le panier de base, la détérioration des conditions de travail et l’incertitude des effets des nouvelles variantes du Covid-19 (Analise de conjuntura).
Le documentaire « L’île aux fleurs », lauréat de l’Ours d’argent au Festival du film de Berlin en 1990 et choisi par l’Association brésilienne des critiques de cinéma comme le meilleur court métrage brésilien de tous les temps, raconte la dynamique organisationnelle de la société occidentale. Ce récit reste une réalité au Brésil : les bovins qui ont des terres et des propriétaires sont considérés au Brésil comme plus importants et plus précieux que de nombreux groupes humains vivant sur le bord de la route, sans terre et sans employeurs.
L’Écriture Sainte nous enseigne que le vrai disciple de Jésus-Christ est celui qui devient pauvre par choix, celui qui est capable de partager ce qu’il a et de donner son argent et ses biens aux pauvres pour que personne ne soit dans le besoin et pour que tout le monde soit heureux (Mc 10, 21-22). Le Dieu de Jésus-Christ règne parmi ceux qui choisissent d’être pauvres (Mt 5, 3) ; il règne là où les pauvres ne manquent pas de ce qui est nécessaire et n’ont pas à se soumettre aux autres pour obtenir leur subsistance, parce que les enfants du roi renoncent à accumuler et à conserver des biens et sont toujours prêts à partager ce qu’ils ont. Si, en réalité, en cette ère de l’économie improductive, expliquée par Ladislau Dowbor, c’est le contraire qui est vrai : cette société préfère accumuler des biens et des capitaux au lieu de les mettre au service de tous (cf. https://youtu.be/tAY4vLMWK_I).
La persécution de ceux qui restent fidèles à l’option d’être pauvres pour que Dieu règne dans leur vie et dans leur société sera une conséquence inévitable (Mt 5, 10). Car une société fondée sur la soif du pouvoir, de la gloire et de la richesse (Mt 4, 9) ne peut tolérer l’existence et l’activité de groupes dont le mode de vie nie la base de leur système. En cette Journée mondiale des pauvres, le pape François nous invite une fois de plus à ne pas attendre que les pauvres viennent à nous, mais à sortir à leur rencontre ; ou plus radicalement, il nous dit :il serait évangélique, si nous pouvions dire en toute vérité : nous aussi nous sommes pauvres, car ce n’est qu’ainsi que nous pourrons vraiment les reconnaître et leurs faire partie de notre vie et de nos instruments de salut. Au lieu de parler d’eux, parlez avec eux. Passez de la troisième personne du pluriel : eux ; à la première personne du pluriel nous : Jésus-Christ est au milieu de nous.
P. Saul Ruiz sx
Belém, 06/11/2021.
The Fifth World Day of the Poor
“The poor you will always have with you” (Mk 14: 7).
The World Day of the Poor, instituted by Pope Francis after closing the year of Mercy (2016), offers to us, this year, a reflection about the Poor Jesus who will be always with us.
Regarding the poor, the Xaverian Constitutions give guidance and meaning to our missionary and religious consecration; consecration for the proclamation of the Gospel among our brothers and sisters who belong to different religious traditions, atheists, and those who claim to be indifferent. (COSUMA 2021 n.9).
An article of the Xaverian Constitutions calls attention to this aspect and may help in our ongoing vocation journey. The article is on the “footnotes“ (General Rule), and states: “By virtue of poverty we detach ourselves not only from material things and the desire of possession, but also from success and failures which cannot be a criterion of our missionary commitment” (GR 25.2). For having the poor Jesus among us we need to keep him alive in us: by remaining free from searching success, because God does not consider the achievements of our efforts, but rather the ardor and justice with which we work for his glory (Conforti 24.9.1908)
A criterion of discernment for choosing our mission fields, together with the three elements which identify us, i.e. ad gentes, ad extra, and ad vitam, could be the one mentioned by our Constitutions regarding those to whom our mission is addressed: By virtue of our specific charism, we are sent to proclaim the Gospel to non-Christians beyond the boundaries of our own cultural milieu and local Church. Faithful to Christ’s own option, we direct our efforts among non-Christians, in particular way, to the privileged ones of the kingdom: the poor, the weak, the marginalized, and victims of oppression and injustice (C 9). In the category of people to whom we are sent, there are the helpless, the vulnerable, the poorest, and the abandoned: this is the place of our mission, God is there.
We walk in the footsteps of Jesus who, instead of going to the temple of Jerusalem, went to the pool of Bethesda where there were many ills, blinds, lames, and crippled (see Jn 5:3): the outcasts. We all know that in our missions these conditions still exist. In these situations, we find the real presence of God: it is a sacramental presence.
The academic studies of human sciences help us overcome a naïve understanding of things and help us acknowledge the structural causes of problems, so that poverty means premature death because of lack of food, laborer exploitation, unemployment: poverty destroys towns, families, and people. Hence, we need an integral approach to the proclamation of the gospel, as it is stated by Ratio Missionis: the pursuit of this single goal (the kerygma) implies a wide variety of activities, none of which can be neglected without some detriment to the announcement itself (RMX 54). Our Family must carry out all of these activities to fulfill its mission: the proclamation of the Gospel, dialogue and proclamation, the foundation of new Christian communities, collaboration with the local Church, temporary pastoral service; Christian testimony cannot be authentic without human development. Evangelization requires a commitment against all kinds of institutional violence; denouncing those who subtract wealth and assets of the community, and by doing so, take away the life of the poor and the needy.
In this line, the National Conference of Bishops in Brazil in its last analysis upon the reality denounced that: on the one hand, the agribusiness hits the records of exportation, on the other hand, the population experiences food shortage: Brazil is once again on the hunger map. People are helpless. Amidst the pandemic, banks hit historical records of benefits in the second trimester of 2021. Yet, there is a major economic crisis with the acceleration of inflation, rising of the fuel and basic food prices, deterioration of working conditions, and uncertainty for possible effects of Covid-19 new variants (see https://www.cnbb.org.br/wp-content/uploads/2020/09/Analise-de-Conjuntura-CONSEP-18.08.21.pdf).
The documentary "The Island of Flowers" gained the “Golden Bear” at Berlin Festival in Germany in 1990 and was also chosen by the Brazilian Movie Critics Association as the Best Brazilian Movie ever. It depicts the dynamics within the organized occidental society. Its narrative describes a Brazilian reality: the cattle that possess land and wealth in Brazil are more important and valuable than human beings who live on the roadside, without property or employment.
The Bible teach us that the true Christ’s disciple is the one who becomes poor by-choice, the one who can share what he/she possesses and gives his/her money and goods to the poor so that no one will be in need, and everyone could reach happiness (see Mk 10:21-22). The God of Jesus Christ reigns among those who chose to be poor (see Mt 5:3); where the poor neither lack the necessary nor must submit themselves to others to get their livelihood, because the sons of the King renounce to accumulate and keep goods, as they are willing to share what they have. Nevertheless, as Ladislau Dowbor explains in his book “The Age of Unproductive Capital,” reality is just the opposite: the society prefers accumulating goods and capital rather than using them for serving others (see https://youtu.be/tAY4vLMWK_I).
An inevitable consequence for those who remain faithful to the choice of being poor so that God may reigns in their lives and their society is persecution (see Mt 5:10). Indeed, a society based on the greed of power, glory, and richness (see Mt 4:9) cannot tolerate the existence and activity of groups whose way of living contradicts the foundations of its system.
In the World Day of the Poor of this year, Pope Francis invites us again not to wait for the poor to come to us, but rather to go encountering them. Or, as he says even more radically: How much evangelical would be if we could just say in truth: we too are poor, because only in this way we could be able to acknowledge them, to take them into our lives, making them instruments of our salvation. Instead of talking about them, let us talk to them. We need to switch from the third plural person, them; to the first one, us: Jesus Christ is in our midst.
P. Saul Ruiz sx
Belém, 06/11/2021
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