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5 de noviembre…

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Para mantener vivo el corazón de la javerianidad

I - El perfil del Padre, nuestro perfil

1. La recurrencia del 5 de noviembre es un día de memoria y de fiesta para mantener vivo el corazón de la javerianidad[1] en nosotros Javerianos, en nuestra Familia carismática y en la historia del mundo hoy.

La fiesta nos llega este año al inicio del camino que nos llevará al Congreso sobre el rostro humano del javeriano. En este contexto, recuperamos que Mons. Conforti es nuestra referencia más inmediata y segura para reconocer los valores de nuestro perfil humano: él mismo bebió de la fuente que nos acerca al modelo único y suficiente: Jesucristo[2]. Sabemos que el Crucifijo es el icono de la experiencia de Mons. Conforti: él contempló a Jesucristo, amó a Jesucristo, anunció a Jesucristo, cimentando en Él la construcción de su perfil humano de tal modo que llegó a convertirse en un experto de Jesús[3]. En efecto, Jesús ocupa:

  • toda su mirada (capacidad contemplativa)
  • toda su espiritualidad (capacidad de amor)
  • toda su reflexión teológica (capacidad de identificarse con el misterio)
  • toda su acción pastoral (capacidad misionera)
  • todos sus compromisos de Fundador y Formador de misioneros (capacidad generativa)

“Estudiemos las páginas del Evangelio – decía Mons. Conforti – esforzándonos por conformar con Jesús nuestro pobre corazón”[4]. Esta es la primera e ineludible tarea para moldear nuestro perfil humano sobre las huellas de Conforti.


2. Es muy significativo que la comunicación de la primera ficha de trabajo en vistas del Congreso sobre el rostro humano del Javeriano, coincida con  el 14º aniversario de la canonización de Mons. Conforti: que “sea para todos nosotros un estímulo para renovar nuestro compromiso de vivir su ideal de santidad[5]. Dios nos ha dado a Mons. Conforti como Padre, y hoy, su figura y carisma inspiran y nutren espléndidamente a una Familia misionera intercultural e intergeneracional[6]:

  • su santidad nos invita a inspirarnos en su entrega a los más altos valores del Reino de Dios;
  • su santidad nos confirma que “hacer del mundo una sola Familia” no es una utopía: una vasta variedad de rostros, edades, lenguas y culturas, es hoy la imagen viva de nuestra Familia reunida por el ideal común de la santidad de nuestro Fundador;
  • su santidad es un ejemplo actual para todos nosotros sobre lo que hay que hacer en esos momentos de contratiempos, reveses, tropiezos, desilusiones e, incluso, fracasos (como lo fue también en su caso): en vez de mirar atrás, su propuesta es la de “recomenzar” o “partir-de-nuevo”, superando miedos, desalientos, nostalgias y cobardías, invitándonos siempre a ser audaces como él lo fue en su vida.

3. En este día recordamos, además, el audaz proyecto que marcó toda la vida de Mons. Conforti y del que somos herederos: el ardiente deseo de llevar el Evangelio a todos los pueblos que aún no lo conocen […] De hecho, desde que Conforti descubrió el valor del Evangelio como un bien para toda la humanidad, se entregó por completo a su servicio, convirtiéndolo en la razón misma de su vida[7].


4. Hoy podemos decir con alegría y gratitud compartida que hemos desarrollado una relación más madura con nuestro Fundador. Aunque vemos que aún es tímido el reconocimiento de su paternidad en la vivencia del carisma que nos ha compartido. Él también fue creciendo gradualmente en su conciencia de ser padre de una familia particular. En los inicios, él vio a sus primeros compañeros como “hermanos” suyos. En 1907, los Javerianos eran “mis buenos misioneros” o simplemente “mis misioneros”. Un “míos” dicho afectuosamente, pues correspondía a la realidad: eran “obra suya”. A partir de 1909 los llama “mis hijitos” (miei figlioli). Con el pasar del tiempo, llegó a considerarlos como “hijos amadísimos” y en 1922 escribía: “Pongo en primer lugar a mis hijos primogénitos en Cristo, los miembros de nuestro Instituto…”. Hoy, todos podemos sentirnos incluidos en ese abrazo lleno de “efusión cordial” con el que cierra su Carta Testamento y que ha dirigido a todos sus hijos[8].

De esta manera se gesta y emerge su conciencia de “padre” de los Misioneros Javerianos. Obvio que es Dios el único autor y padre de los carismas, es Él quien da el mismo don al Padre y a los hijos. Pero los fundadores, junto con el carisma, reciben también la gracia de la fecundidad. De hecho, desde Pacomio hasta nuestros días, las familias religiosas hacen referencia constante a sus “padres” y/o “madres”.


5. Abrazados por la fecundidad confortiana, la Ratio Formationis Xaverianae nos invita a “conocer y revivir en la propia experiencia espiritual, la experiencia del Espíritu vivida por Mons. Conforti. Esto es un compromiso fundamental para el Javeriano[9].

Las Constituciones empiezan diciendo: “Siguiendo a nuestro Fundador y reviviendo el mismo carisma, nosotros los Javerianos respondemos al mandato del Señor… El testimonio y las palabras del Fundador son fuente particular de inspiración para nuestra vida apostólica[10].


6. Aceptar que Mons. Conforti nos ha sido dado como Padre - padre que es santo - y recuperar el sentido de su paternidad en nuestras vidas, nos alentará y sostendrá en una creciente búsqueda del perfil humano que mejor responde a nuestro proyecto de vida. Descubrimos, entonces, que nos adentramos en una pista de inspiración y quehacer que nos lleva a admirar y a emular una fisionomía de hombre que no puede no ser a la vez humana y espiritual. Mons. Conforti se dejó compenetrar por el Espíritu hasta ser con Él una cosa sola. Angelo Manfredi habla de la personalidad “Espiritual” de Conforti y se aventura a subrayar cuatro “pinceladas” (cifras) que la caracterizan[11]:

a) Es el hombre del “ripartire(volver a empezar, recomenzar, reemprender…). La presencia del fracaso o del derrumbe total de sus proyectos, es una constante en la vida de Conforti[12]. Pero una lectura espiritual de la realidad que “giraba” en torno a la cruz, permite a Conforti releer las derrotas sin amargura y sin rendirse nunca… Es la vivencia de una cruz activa, no de conceptos de teología espiritual; es un mecanismo que nace de la consistencia espiritual que Conforti desarrolló.

b) Buscaba el “consejo de personas iluminadas”. No vive una espiritualidad y proyectos individualistas. Buscaba el consejo. Era un hombre de relaciones humanas cordiales, no exageradas ni estilizadas. Ante un problema, hablaba con alguien y estaba acostumbrado a confrontarse y a compartir[13]. Tenía a su alrededor personas con las cuales mantenía comunicación muy directa, en plan sincero y adulto…

c) Vivía un “equilibrio dinámico”. Clave fundamental de su personalidad. Un equilibrio que en él es medietas… es decir, el “justo medio”. Vivía profundamente el “ne quid nimis” (nada en exceso), suavizando con ello aspectos demasiado fuertes de su carácter, comportamiento, emociones…[14].

d) Con sentido recapitulativo de la tradición espiritual recibida y de sus propias intuiciones. Le distingue su capacidad de hacer síntesis profunda entre una pastoral y una espiritualidad de sacerdote diocesano, obispo y misionero. Aunque, a decir verdad, Conforti tuvo una sola intuición creativa, es decir: “Eso que desde hace mucho tiempo forma el objeto de mis aspiraciones”: su fundación misionera; núcleo ardiente, médula del misterio de su persona y de su espiritualidad.

Cuatro “cifras” de un hombre que ha hecho experiencia de conformación con Cristo, animado por el Espíritu Santo y los retos de la historia y misión que le tocó vivir. Su audacia es para nosotros una llamada a la emulación[15].

II - Creciendo en apertura de horizontes 

7. Secundando el ejemplo de Mons. Conforti[16] y las aportaciones del camino hecho por la javerianidad[17], los Javerianos hoy, podemos dar mayor relieve a algunos valores, actitudes, rasgos… poco comunes o evadidos en nuestro imaginario sobre el Fundador y sobre el perfil  humano del Javeriano. Unos breves ejemplos podrían sugerir caminos para encontrar y abrazar otros valores que van en línea con lo que al inicio de las Constituciones se nos presenta como llamada a la “apertura apostólica” entendiendo esta como crecer en “una gran apertura de horizontes”[18].

 a) A partir de la experiencia confortiano-javeriana[19], podríamos plantearnos adecuadamente la invitación a desarrollar una “personalidad generativa”, como Conforti y Javier lo hicieron a lo largo de su vida. No es casualidad que nuestras Constituciones hablen de “paternidad pastoral[20], pero el concepto no ha prosperado mucho; hasta ahora este es un matiz del rostro humano javeriano que poco tenemos en cuenta, o que está ausente del léxico común que explica esta constante[21] cuando, en realidad, desarrollar una personalidad generativa es algo substancial para la constitución e integridad de la personalidad humana de un consagrado: es de capital importancia para la canalización de nuestra capacidad de amar y ser amados.

En todas las culturas el sentido de generatividad coincide con la capacidad biológica de generar. Pero en la segunda mitad del siglo pasado, el término adquirió un sentido más amplio. De hecho, fue interpretado como la voluntad del sujeto de ir más allá del presente y dejar una huella en el mundo.

Es la alternativa al estancamiento (E. Erikson), a la repetición de uno mismo, a la conservación… “Implica creatividad y flexibilidad, circularidad y participación, sinergia e imaginación, movimiento, sentimiento, reflexión… hasta llegar a la profecía, visión y sueño”[22]. Es un enriquecimiento que, si falta por completo, tiene lugar una regresión a una necesidad obsesiva de pseudo-intimidad, privacidad, secretismo. No alcanzarlo satisfactoriamente, da lugar a un empobrecimiento personal.

Es un proceso psicológico que alcanza su cúspide en torno al momento de la así llamada “crisis de la edad intermedia”, la cual conlleva una pérdida del entusiasmo por la vida, se imponen actitudes derrotistas, autocompasión y pensar que uno no tiene nada que ofrecer a los demás. Aparece la pasividad y el ensimismamiento, cierta crueldad y crítica constante de los demás, abuso de poder y uso autoritario del mismo, y todo ello debido a un sentimiento general de tener una vida insatisfecha, reflejada en la pregunta: ¿qué estoy haciendo yo aquí?

Si la crisis se supera con éxito surgen las personas generativas que viven su generatividad como una extensión del amor hacia el futuro, con una preocupación auténtica sobre la siguiente generación y las generaciones por venir. En nuestro caso, una persona generativa es proactiva en el campo de las vocaciones y en el trabajo pastoral. Estas personas recuperan una visión positiva de la vida, se valoran como personas, no temen a la siguiente etapa. Son, en general, personas procreativas que se ofrecen sin reservas a las generaciones venideras.

 b) Otros de los valores que se pueden introducir en esta búsqueda, se basan en el hecho de que «en el trabajo apostólico seguimos el camino recorrido por Cristo en su encarnación»[23]. Este es el grande criterio/principio que sostiene la construcción del rostro humano del Javeriano. Encarnar el estilo de vida de Jesús para la historia de hoy exige un plus de ejemplaridad y transparencia.

La ejemplaridad, en sí, habla de coherencia entre el ser y el hacer; aquello que la sabiduría popular bien expresa cuando dice “predica con el ejemplo”[24].

El principio de la ejemplaridad tiene una gran fuerza, sobre todo cuando nos movemos en el ámbito de los valores. Por ello, la ejemplaridad es apreciada como un liderazgo espiritual inobjetable: sostiene el testimonio, impulsa la verdad, es el dinamismo de Reino de Dios que libera posibilidades de transformación. Nace de ese excedente de autoridad que no viene del saber ni de las propias capacidades, sino del valor de ser hombre cabal.

Del Javeriano se puede admirar la inteligencia, la facilidad de palabra, la amplitud de su saber, pero por encima de todas esas cualidades, se le pide, sencilla y silenciosamente, una lección de vida. No sólo se espera que sea competente o experto en lo suyo, sino que sea hombre ejemplar. Nuestro más valioso y persuasivo compartir con los demás, no está en lo que decimos, sino en lo que no decimos, en lo que hacemos y, sobre todo, en lo que somos. Este es el contenido que real, misteriosa y verdaderamente comunicamos: lo que somos y luchamos por ser, lo que amamos.

La ejemplaridad, en fin, involucra todas las esferas de la propia personalidad, no admite una parcelación entre planos de lo privado y de lo público. Por experiencia sabemos que lo privado influye todo: entorno, personas con las que convivimos, responsabilidades que asumimos… La ejemplaridad es una de esas notas distintivas del rostro humano que lo pide todo: vida pública y privada, competencias y ser íntegros… aportando, de este modo, al patrimonio ético de la humanidad, los valores del Reino que construyen la familia de Dios.

c) La Regla Fundamental registra en varias ocasiones el pensamiento de Mons. Conforti con respecto a su visión del perfil humano del Javeriano. Dos de estas alusiones, muy presentes en la memoria de todo Javeriano, insisten en que desde los inicios de la formación y en toda circunstancia quien es llamado a la javerianidad ha de ser gentil, sin doblez, ni fingimiento[25]. Esta es la base confortiana que pone de relieve el segundo valor que queremos comentar como ligado a la ejemplaridad: el valor de la transparencia, elemento fundamental en nuestro perfil humano[26].

Inherente a todos los seres humanos, la transparencia es un valor fuertemente ligado a otros valores como la honestidad, la sinceridad, el trabajo, el respeto, el servicio… y consiste en comunicar los propios pensamientos, sentimientos y propuestas, sin ocultar nada, sin doble sentido, en forma simple y directa… Es permitir que los demás entiendan claramente las propias motivaciones, intenciones y objetivos; es decir, es contar con la capacidad de poder ser leído por los demás sin ambigüedades que cedan a la interpretación. 

La transparencia se ha establecido en la actualidad como un valor imprescindible que requiere la total accesibilidad a las personas con funciones sociales y laborales, lo cual genera confianza en los demás, primer eslabón de toda relación humana.

La psicología dice que en la medida en que un individuo viva su vida con transparencia, será tomado por los demás como un ser sincero, confiable, honesto, solidario, trabajador, fiel y eficiente, lo cual le generará vínculos sociales y afectivos sólidos. Por lo mismo, cuando cada uno de nosotros tengamos dentro del propio esquema de valores el de la transparencia, seremos una Familia mejor equipada para suscitar relaciones interpersonales sólidas, basadas en la confianza, el respeto, la solidaridad y la eficiencia, lo cual se traducirá en comunidades más unidas, preocupadas por el bienestar común, alejadas de situaciones negativas como el engaño, el chantaje, la doblez de vida, la inmoralidad, las discordias, el escándalo…

Mons. Conforti, conocedor a fondo de lo humano, nos dejó en la Regla Fundamental estas indicaciones: «En todas las circunstancias, el porte del misionero sea siempre noble, sin presunción, gentil, sin doblez…»[27]. Al Maestro de Novicios de todos los tiempos y Circunscripciones, le señala: «Procure pues, sin alterar la índole de sus alumnos, suscitar en ellos un modo de ser santamente alegre, desenvuelto, cortés, leal y fuerte, enemigo de toda doblez y fingimiento…»[28].


8. Estando por cerrar estas notas para el retiro del 05/11/25 en mi actual comunidad, me he topado con un argumento que me parece de vital importancia en la composición del rostro humano javeriano: la hoy llamada inteligencia interpersonal de la que la empatía es su expresión más diná­mica, pues, favorece entender a las personas y conectar con ellas[29]. La resiliencia sería otra cuestión a atender, sobre todo para compartir sobre instrumentos y recursos que la fortalecen. Ya será en otra ocasión…

 


PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN

¿Cuál es el credo de valores con el que construyo mi rostro humano o mi vocación y misión?

¿Qué antivalores impiden que viva según mi credo de valores y que hago con ellos?[30]

 

III – Apéndice: redescubriendo la belleza de nuestro rostro humano 

9. En plan de apéndice, hilvano las siguientes dos últimas consideraciones: a) confrontarnos con el rostro ideal del Javeriano según la Ratio Missionis Xaveriana; b) admirar la importancia y actualidad de San Guido María Conforti para la Familia carismática javeriana hoy, recuperando las respuestas que emergieron durante el Congreso de la Espiritualidad Javeriana, a la pregunta: ¿cómo se vive la figura del Fundador en la interculturalidad de nuestra Familia misionera?

 a) Rostro ideal del Javeriano según la RMX.

 En una lectura transversal del texto de la RMX, encontramos que el misionero javeriano aparece como alguien llamado a ser:

 Hombre

  • de la Palabra (23)
  • de las Bienaventuranzas (26)
  • de la caridad (51)
  • de los pobres y de los que no tienen voz (51)

Seducido por el Señor Jesús y por su causa (19)

  • que emprende el camino de la kénosis (48)

Memoria misionera de la Iglesia (8)

  • Colaborador del Espíritu (26)
  • Totalmente dedicado al anuncio explícito del Evangelio (55.1; 75)
  • Puente entre las Iglesias y culturas (46)

Retado por grandes problemas

  • humanos, sociales, religiosos y culturales (4)

Vinculado a la causa

  • de la justicia
  • de la paz,
  • de los derechos humanos,
  • de la integridad de la creación (52)

Llamado a vivir su vocación

  • en koinonía
  • en comunidades (19; 6; 44)
  • Sus dotes son una riqueza cuando están al servicio del carisma de la Congregación (20).

Llamado a entregarse a sí mismo

  • en la totalidad de la donación y
  • en la santidad de vida,
  • incluso hasta el momento supremo del martirio (17; 53).

 b) Importancia y actualidad de San Guido María Conforti hoy

  • Conclusiones del trabajo en equipos por continentes – Congreso sobre espiritualidad javeriana, Tavernerio 2006:

Para nosotros hoy, el Fundador es:

  1. Fuente imprescindible de inspiración punto de partida; él es el que por primera vez vivió el carisma.
  2. Padre que nos ayuda a alcanzar nuestra identidad de consagrados a la misión.
  3. Guía y testigo: en su estilo de vida nos indica a Cristo como aquel que hay que seguir.

 Aspectos irrenunciables de Conforti para nuestra espiritualidad:

  1. El cristocentrismo (Caritas Christi urget nosIn ómnibus Christus): la misión tiene su raíz en Cristo crucificado, contemplado y celebrado en la Eucaristía, que propone un discipulado dispuesto inmediatamente al envío.
  2. La vida apostólica capaz de mirar más allá de la propia realidad (ad extra) y vivida en los consejos evangélicos.
  3. Su Testamento irreformable y las Constituciones: proyecto por él vivido con empeño ascético;
  4. La oración, Palabra de Dios (su estudio);
  5. Una visión positiva del mundo.

El Fundador, para mí, Javeriano en:

- África: es el “padre y maestro iniciador” que tiene una propuesta de vida en la cual cada uno reencuentra su dignidad (espíritu de familia en Cristo); obispo local abierto al mundo; hombre del volver a empezar, de las mediaciones (equilibrio), cuya autoridad está en la sencillez.

- América: es el hombre del “Dios en todo” y de la compasión comprometida; sensible a la religiosidad popular que pone a Cristo al centro; atento al camino de la Iglesia local; positivo y abierto.

-Asia: tiene una “fisonomía oriental” que se puede reconocer, sobre todo, en la importancia que él da a las relaciones humanas, al sentido de familia (armonía) y a la comunicación a niveles profundos (como puede ser la enfermedad u otra clase de sufrimiento).

-Europa: nos dice, con su ejemplo, que todos somos misioneros ad vitam, llamados a sentirnos parte de la Iglesia local y sus animadores, presentando con claridad las motivaciones de fe en el anuncio vocacional.

 Desafíos para nosotros hoy:

  1. El Fundador no es tanto un modelo que hay que copiar en el sentido fundamenta­lista del término.
  2. Es importante evitar el riesgo de referirnos al Fundador evitando el camino de la Iglesia local.
  3. Es necesario volver a posesionarse de nuestra identidad y actualizarla como respuesta a las exigencias de hoy.
  4. El Fundador nos recuerda que somos comunidad, testigos del espíritu de familia, centros de espiritualidad, atentos al laicado que comparte nuestro carisma, solícitos al ad gentes que está en nosotros.
  5. Siguiendo el ejemplo del Fundador, tenemos que vivir en nuestro entorno la confianza en la Providencia, expresada en el efectivo compartir de los bienes, recordando este valor a la misma Iglesia, para que dé desde su propia pobreza.

 Agradezco a todos los que han contribuido a dar consistencia a estas reflexiones (“ideas sueltas”) sobre el rostro humano del Javeriano, contemplado sobre todo en el espejo de San Guido María Conforti. He privilegiado las fuentes javerianas (de ello doy razón suficiente) y otras reflexiones que he asimilado a lo largo del camino. Nos queda mucho por hacer en el discernimiento, comprensión y vivencia de esta constante de nuestro carisma[31]. Que el próximo Congreso genere nuevos impulsos y entusiasmo que nos lleven a una ulterior maduración en el propósito por revivir en la propia experiencia el carisma del Padre. 

Juan Antonio Flores Osuna sx

 

[1] Carta de la DG en ocasión del 05/11/2025.

[2] RMX 25.

[3] Benedicto XVI, hablando sobre los Apóstoles como testigos enviados de Cristo, decía: “El apóstol es un enviado, pero, todavía antes, es un experto de Jesús” (Audiencia General 22/03/2006). No se trata sólo de seguirlo con todo el corazón amándolo, “más que al padre y a la madre, más que el hijo y la hija”, como se pide a todo discípulo, sino vivir y expresar esto con la adhesión conformativa a Él de toda nuestra persona. La RMX recuerda a menudo esta adhesión conformativa a Cristo (48; 17; 53. etc.) y subraya que, “una experiencia personal y profunda de Cristo, Misionero del Padre, es necesaria para nosotros” (25.1).

[4] cfr. Antología Confortiana, Jesucristo, 17.

[5] Comunicación que acompaña la presentación de la primera ficha de trabajo.

[6] Cfr. XVIII Capítulo General 62.

[7] Cfr. Carta DG 05/11/2025.

[8] “Abrazo con efusión cordial, como si estuvieran aquí presentes, a cuantos han ingresado en nuestra Congregación y a cuantos han de ingresar en lo sucesivo, y para todos imploro de Dios, en mi reconocida indignidad, el espíritu de los Apóstoles y la perseverancia final” (CT 11).

[9] RFX 36.

[10] C 1.

[11] Manfredi Angelo, Apuntes históricos, Actas del Congreso sobre la espiritualidad javeriana, Tavernerio 2006,

[12] Podemos recordar algunas de las pruebas que afrontó en su vida: la enfermedad juvenil y el retraso de la ordenación, los problemas con Miotti, la experiencia de Ravenna, el final trágico del primer envío misionero, la situación crítica y de tensión de la misión en China, las fases extremadamente críticas de los sucesos diocesanos y sociales de Parma…

[13] cfr. Ledochowski, Pío XI, y otros más cercanos…

[14] cfr. Propósitos personales en ocasión de sus ejercicios espirituales.

[15] Es significativo que al hablar de Formación Permanente, la COSUMA 2015 nos invita a mantenernos unidos y fieles a Cristo por medio de la imitación de nuestro Fundador” (COSUMA 2015, Formación Permanente y Fidelidad al Carisma, 1er inciso).

[16] Cfr. los Propósitos de sus ejercicios espirituales y, sobre todo, cuanto ha escrito en la Regla Fundamental: 14-15; 18; 23; 46-47; 69.

[17] Cfr. Ratio Formationis Xaverianae 84-85; en particular el n. 86a-h; 250; 250a; 250c. El n. 86 explica que las características humanas de la fisonomía javeriana son: a) un carácter constante, fuerte, atento a los demás, cordial, equilibrado y con buen sentido común; b) la capacidad de dialogar, colaborar y planificar juntos; c) la laboriosidad, la iniciativa y la creatividad; d) la capacidad de solidaridad, el amor a la justicia; e) la franqueza, la discreción y el sentido de los límites; f) la voluntad de crecer, de aprender, de mejorar; g) una visión de la vida llena de esperanza; h) un sentido de alegre realización en la propia vocación.

[18] “Apertura apostólica. El Fundador quiso además que, como misioneros, tuviéramos gran apertura de horizontes, capacidad de adaptación sostenida por una humanidad rica y equilibrada, y cultura adecuada a las necesidades de nuestra misión. Fieles a su deseo, fomentemos en nosotros el espíritu creativo, sin trabas o prejuicios hacia personas, culturas, ambientes y métodos de evangelización” (C 4).

[19] Compartimos las herencias de Conforti y de Javier en un mismo carisma y espiritualidad.

[20] Cfr. C 21.

[21] Cfr. Algunas de las raras y últimas referencias que han tenido su momento puntual están en la Carta de la DG sobre su visita a México en 2018. Al hablar sobre castidad, utiliza significativamente estas expresiones: fecundidad, paternidad espiritual, engendrar, finalidad generativa…

[22] cfr. Bruno Secondin, VR, 02/2019, p. 4

[23] C 14.

[24] Decía el P. Mondin que nuestro Fundador podría muy apropiadamente ser llamado: Doctor de la ejemplaridad de Jesucristo. En efecto, para Mons. Conforti Cristo es el modelo único y suficiente, tipo y modelo divino de toda perfección para todas las edades y estados de vida (cfr. BATTISTA MONDIN, Missione, annuncio de Cristo Signore, Studi Saveriani, EMI 1994; 43-67).

[25] RF 14: “En todas las circunstancias el porte del misionero sea siempre noble sin engreimiento, gentil y sin doblez”. 

RF 69: Procure pues, sin alterar la índole de sus alumnos, suscitar en ellos un modo de ser santamente alegre, desenvuelto, cortés, leal y fuerte, enemigo de toda doblez y fingimiento”.

[26] La Carta de la DG para la presente recurrencia del 05/11 es toda ella como una llamada a mayor autenticidad y audacia en lo cotidiano de nuestras vidas.

[27] Regla Fundamental 15.

[28] Ibid 69.

[29] La RMX llama a “formarnos a esa especifica habilidad que algunos expertos llaman competencia comunicativa intercultural” (44.1).

[30] El esquema que usaba Mons. Conforti para responder a preguntas de peso, es el “relacional”: relación con uno mismo, relación con Dios, relación con los demás.

[31] Ya en el Congreso sobre la Espiritualidad se comentaba que el rostro humano del Javeriano era una dimensión que había que desarrollar con más incisividad, pues, la constante como tal se había quedado reducida en nuestros documentos a pocas líneas, un tanto sintéticas y nunca explícitamente puestas al día (cfr. Tavernerio 2006, Tras las huellas de GMC, Antonio Flores Osuna).

 

 

p. Juan Antonio Flores Osuna, sx.
07 Novembre 2025
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